martes, 30 de agosto de 2011

-tenía miedo- confiesa ella, agachando la cabeza, temerosa de mirarme a los ojos. Las lágrimas le corren sin parar por las mejillas, y veo cómo aterrizan en la tierra seca: extractos salados, glóbulos brillantes que se oscurecen momentáneamente y luego se disuelven en el polvo.  
                                                                       fragmentito: Paul Auster, Brooklin Follies. gracias md.

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