martes, 20 de agosto de 2013

a la luna llena

Se sienta en la acera, 
mirando el cielo fijamente,
gana cordura
y a cada segundo el sol le da tanto miedo, que se esconde,
renuncia de libros santos, de las palabras y las promesas.

Regala sus ojos a alguna estrella, 
esperando que alguna se la devuelva

Se duerme durmiendo sin él, 
donde los sueños le acompañan,
se carga el tiempo a la deriva que se caga en Dios por
llevarse su esperanza,
con palabras benditas del de negro algún consuelo,
María se busca en el espejo que queda de aquel amor.


Lleva los días a cuestas
y esa ausencia que tanto le llena,
se pasa las noches en vela y que su amor,
se lo devuelva la luna llena.

Y cada día que pasa deja de respirar, un poco más,
la cuesta arriba que tanto le pesa, 
sus almohadas son las aceras,
buscando respuestas, preguntándole a la luna llena.


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