Y siento que a veces todo cambia tan deprisa, ¡qué bonito me parece que del llanto nazca una sonrisa! Que apaga los miedos, que enciende el deseo, que frena las prisas. Si vuelvo a teñirme de colores del pasado, y sabotean mi alegría las mil veces que me he equivocado, será necesario mirarse al espejo y ver cómo hemos cambiado.
las pelusas. el puchero del hortelano
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